viernes, 21 de agosto de 2009

SIROCOS REPTAR

No era la muerte, pues yo estaba de pie y todos los muertos estaban acostados
No era de noche, pues todas las campanas agitaban sus badajoz a mediodía.
No había helada, pues en mi piel sentí sirocos reptar
Ni había fuego, pues mis pies de mármol podían helar hasta un santuario.

Y sin embargo, se parecían a todas las figuras que yo había visto ordenadas para un entierro
Que rememoraba como el mío...
Como si mi vida fuera recortada y calzada en un marco,
Y no pudiera respirar sin una llave...

Y era como si fuera medianoche cuando todo lo que late se detiene
Y el espacio mira a su alrededor la espeluznante helada.
El primer otoño que llora, repele la apaleada tierra
Pero todo es como el caos, interminable, insolente, sin esperanza, sin mástil.

Ni siquiera un informe del exterior para justificar mi desesperación
Porque yo siempre amé y te traigo la prueba
Que hasta que amé yo nunca viví bastante.

Que yo amaré siempre, te lo discutiré luego,
Que amor es vida, y vida es inmortalidad...
Esto, si lo dudas, querido, entonces yo ya no tengo nada más que mostrar
Salvo el calvario, salvo el olvido...

ANDREA FURIUR

1 comentario:

  1. Oh ! sinceramente estoy Boquiabierto!, demasiada verdad en este escrito, se asemeja a alguien declarando al frente de un detector de mentiras, muy muy bueno felicidades Andrea este es por ahora mi favorito

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