Cuando me voy, están esos golpes en mi pecho que me dejan sin fuerzas, quisiera quedarme mi amor, pero la vida me lleva consigo y me jala con ella como se jala tan rápido al día y trae la noche, sobre todo si estamos juntos. Yo no pretendo que me entiendas, es simplemente que nuestro destino es estar de esta manera, tú por aquí y yo por allá, y no sé hasta cuándo, y no sé si el destino se apiade de nosotros y sea generoso en volvernos a tener en el mismo lugar...
Cuando me voy, pienso de camino a casa, en todo lo que me haces sentir, el camino a casa me parece tan corto, quisiera detener el tiempo en ese momento, porque no quiero volver a mi rutina de siempre, no quiero tener que olvidarte por unos días nuevamente, no quiero hacer como si no existieras, quisiera simplemente tenerte a mi lado por las tardes y que pongas algo de música para relajarme y que me abraces y me digas cosas que me hagan sentir consentida, prepararnos algo que cenar y luego salir a caminar bajo los faroles de la ciudad...
Cuando me voy, lo primero que duele es ver tus ojos tristes, me pongo nerviosa y no sé qué decir, yo que siempre estoy hablando, yo que cuando te miro sólo veo mi felicidad y no quiero mirar nada más, al verte así se me parte el corazón y lo peor de todo es que no puedo hacer nada por quedarme, ya no, ya es muy tarde y tengo que partir, tengo que volver a mi ciudad, tratar de fingir una sonrisa y subir a mi bus, darte un beso y soltar tu mano, ponerme los audífonos y mirarte tras la ventana... te voy a extrañar…
"Habría que añadir dos derechos a la lista de derechos del hombre: el derecho al desorden y el derecho a marcharse, lástima que éste último a veces parece más una imposición, una obligación..."
ANDREA FURIUR
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