jueves, 28 de abril de 2011

MI FAMILIA (27411-1832)

Esta vida cada día que pasa me sorprende más. Es como si me pusiera pruebas difíciles de pasar y cuando lo logro me premia con una respuesta. Me deja boca abierta.

Yo soy una persona muy sencilla. Que le gustan las cosas sencillas. Que agradece los detalles hechos con el corazón. Que sueña con encontrar el verdadero amor y que vive los momentos como si fueran únicos e irrepetibles. Me mezclo con personas muy distintas a mí. Soy la mejor amiga de algunos y nunca la enemiga de alguien. Siempre con perfil bajo y muy distraída. Amo el sonido de una guitarra acústica (si está bien afinada) y las melodías que se hacen con los pianos. Me gusta el olor de la mañana y el calor de las noches. Siempre escucho a los ancianos porque sé que me dirán algo que no sé y que me servirá en el futuro. Puedo parecer rebelde o una “hippie” (como algunos dicen), pero puedo ser todo lo contrario a lo que los demás creen de mí.

Tengo una familia maravillosa. Los mejores hermanos del mundo. Los padres perfectos. Ahora una sobrina a la que amo con sólo verla y si pienso en ella también. La familia está creciendo; ahora tengo una cuñada muy buena, pero con un gran carácter. No se lo puedo reprochar, pues yo soy igual, y creo que no está mal ser así. Es bueno hacerse respetar.

Mi madre es la cabeza de la casa. No hay nada que podamos hacer sin pensar en ella. Todo lo que deseamos es para beneficio de ella, porque en serio se lo merece. Admiro su generosidad. Amo su paciencia, ya que yo carezco de esa maravillosa cualidad. Mi mamá me conoce como nadie, aunque le falten algunos secretos que he guardado en mi interior. Cosas que no se pueden decir. Cosas que ni a mis amigos les he dicho.

Cuando pienso en mis hermanos, me siento muy orgullosa. Son tan responsables. Tan buenos hijos. Yo soy la oveja negra de la familia. La extraña. La que quizás no combina con los demás, pero que aman y cuidan. Los admiro mucho. Los amo. Son mis compañeros fieles. Mi hermano mayor es el mejor hombre del mundo. De niña no lo entendía y hacia malcriadeces pero él siempre me ayudaba y me protegía, como si fuese mi propio papá. Desde niñas y hasta ahora nos saluda con un beso y nos hace cariño como si fuésemos niñas, y ya tiene 30 años. Yo soy su “chochera” y sólo puedo desear lo mejor para él porque en realidad se lo merece.

Mi hermana la “Pollo”, es mi mejor amiga aunque desde que tuvo enamorado me dejó de lado. Siempre me acompaña en mis peores momentos porque sabe de mis debilidades. Somos muy poco expresivas pero eso se desvanece cuando estamos en problemas y nos dan pesadillas. Siempre me socorre y me da mis “requintones” si me porto mal. Es muy ahorrativa; tanto que ya se pasa. Siempre está buscando que comprarse zapatos. Tiene todo el cuarto desordenado por sus zapatos. La quiero mucho porque siempre aprovecha lo que tiene. No desperdicia las oportunidades que le da la vida y si le falta un empuje, yo siempre se lo trato de dar. Nos apoyamos mucho a pesar de ser tan distintas.

Por ultimo mi hermano “El Macurio”, quizás piense que no lo quiero, pero no es así. Siempre estoy peleándome con él porque tal vez no entiendo su forma de ser, que trato de arreglar todo con un gritón o palabras muy duras. La verdad que, desde niños mis otros hermanos y yo lo hemos cuidado mucho. Siempre lo cuidábamos y sólo quisiera un poquito más de gratitud. Ojala algún día lo entienda. Sé que lo hará, pues yo a su edad también era una “ovejilla descarriada” y al final me curé y ahora me dedico a escribir cosas buenas a las personas que amo.

La familia es un complemento. Nada puedo hacer sin pensar en ellos. Son muy importantes en mi vida a pesar de las peleas o de los problemas que puedan surgir, de las diferencias o la distancia. Desde niña vivía soñando con que mi papá llegase en alguno de los aviones que pasaban por la casa de mi abuela. Esperaba y esperaba y él nunca llegó. Vivía triste por eso. Por no tener papá como los demás. Pero gracias a Dios por habernos hecho caer en un lugar donde estaríamos en casa (Pisco).

Ahora las cosas han cambiado. Mi padre y yo nos estamos haciendo muy amigos por el teléfono. Somos una especie de “cómplices”. Él me cuenta sus dudas y yo las mías, y se nos está haciendo más fácil entendernos. En mi corazón no existe el rencor. Y jamás podría existir ese horrible sentimiento para alguien de mi familia, sea cuales sean los motivos. Mi padre y yo somos muy parecidos y eso me enorgullece, me gusta parecerme a él, porque es una persona triunfadora a pesar de las decisiones que haya tomado en su vida. Siento que he sacado la actitud de mi papá y los sentimientos de mi mamá. Todo eso hace una buena mezcla porque los dos son geniales.


ANDREA FURIUR

1 comentario:

  1. para empesar... ke loko ke publikes kosas sobre tu family... hahaha yo no podria somos tan extraños hahaha cada uno diferente al otro... y mis viejos son tan comunes jaaaaaa... weno pero fue un lindo post a pesar de todo... las familias siempre son distintas y cada una tiene algo en especial.

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