"Del dicho al hecho, hay mucho trecho”... A veces es tan fácil comprometernos a realizar cosas que no vamos a cumplir, no sé si sea algo natural o un impulso para salir de situaciones comprometedoras, tal vez sean ambas cosas. Pero lo es cierto es que para algunas personas esto puede parecer muy divertido, para otras no tanto. Es desolador encontrarnos frente a casos como este con personas de las que esperamos mucho. Siempre poniendo nuestras esperanzas en la persona equivocada, y dejarnos llevar por una promesa que nunca se cumplirá, que solo se hizo para salir del momento y ya. Entiendo que a veces tenemos la necesidad de salir de una situación comprometedora, además, a quién no le ha pasado, pero no olvidemos ser sinceros, por qué prometer cosas que luego no vamos a poder cumplir, para qué jugar con las esperanzas de los demás, con sus sentimientos, por qué decepcionar a los demás, de qué sirve quedar como incumplidos simplemente porque esto de “zafarnos” de situaciones (por decirlo de alguna manera) se vuelve casi un habito en nosotros y empezamos una cadena sin final.
No puedo excluirme de esto, yo también he sido incumplida, también le he fallado a personas especiales, quizás por un impulso involuntario, quizás simplemente porque no sabía cómo salir de esa situación, pero casi siempre y al menos en mi caso, siento mucha culpa, y no puedo dejar de pensar en eso. A veces, trato de remendar mi error y trato de cumplir lo que antes no pude o no quise cumplir. Aunque claro, que depende de qué tipo de cosas sean. No siempre podemos tratar de arreglar algo que no tiene porque ser arreglado.
Mi consejo final, es que no debemos jugar con las esperanzas que tienen los demás en nosotros, no debemos pensar que los demás están a nuestra disposición cada vez que queramos y que podemos hacer de ellos receptores de nuestros malos hábitos y que si alguna vez nos hacen lo mismo, no lo toleremos y juzguemos aquello. Nosotros no somos Dios, no podemos juzgar a los demás por como son o por lo que hacen. Cada persona es individual, es una historia distinta a la tuya. Siempre viviremos historias distintas porque cada uno tiene un destino distinto, y cada quien debe aprender de sus errores, para eso Dios te da los padres que tienes, la ciudad en la que vives, los amigos “bueno o malos” que conviven contigo, etc, etc. Dios nunca se equivoca al trazar tu camino, todo ya estaba preparado. Quizás, los que giran a tu alrededor no comprendan las cosas por las que pasaste antes de llegar a sus vidas, quizás nunca entiendan que tu vida no es la vida de ellos, que jamás vivirás como ellos quieren que vivas, que a ti te tocó una historia distinta a la suya, que tuviste un origen distinto, un pesar quizás más pesado que el suyo, que nadie es perfecto pero que Dios te dio ese guión para que tú lo actúes de la manera como creas, que si te equivocas y tienes que volver a actuar la misma escena lo harás pero en cada intento vas a ir aprendiendo algo nuevo, y que no eres más que un ser humano como cualquiera que tiene que aprender de sus errores, que también sientes, y que tal vez el mundo juzga pero que si no saben lo que sientes es mejor no hacerles entender nada.
Debemos seguir mirando hacia adelante, viviendo las historias que siempre nos harán mejores personas, porque siempre he creído que de los errores se aprende, y que cada personas que pasa por tu vida no es por pura casualidad, sino porque Dios los envió para enseñarte algo, debemos mirar de esta manera la vida y dejar de creer en los cuentos de hadas. Y debemos también, dejar de comprometernos con cosas que jamás podremos cumplir. Aprender de los errores y decidir cuando es el momento de cambiar.
ANDREA FURIUR
es increible como pensamos de forma tan similar: "...cada personas que pasa por tu vida no es por pura casualidad, sino porque Dios los envió para enseñarte algo..." lo veo exactamente igual!
ResponderBorrarMe encanto este post... sabes que acabo de pasar algo así... siento que alguien "safó" diciendo algo solo para safar de una decision que la comprometía.
Saludos An. (: