La oscuridad de la noche llenó de
silencio mi habitación. Las sombras de los muebles y repisas llenaban el
espacio vacío; mi corazón sonaba como el tic tac de un reloj partido, escurriéndose
el tiempo en mis latidos. No sabría describir lo que me invade el pensamiento
ahora, son tantos recuerdos, tantas cosas que debería olvidar. Mi pasado no es
algo de lo que me quiera acordar. Estoy atrapada y viviendo a las sombras de un
pasado tormentoso, cruel y despiadado. Los años han pasado y la herida aún no
ha cicatrizado; si me tocas puedo sangrar. Ahí está tu respuesta, ahí está
descubierto el enigma. No soy más que un alma en pena, rondando el espacio vacío,
en espera de un escape. No quiero ser consolada, ni que me sequen el llanto. No
busco llegar a tu corazón por lástima. Mi interés es amarte como nunca en mi
vida amé. Simplemente eso. Pero hoy no desperté escuchándote, hoy no te dije
que te quería, hoy no estuviste y mi día se volvió a oscurecer. Casi puedo
sentir que tú me extrañaste también. Quisiera que me amaras sin miedo, que te
entregases a mí con los ojos cerrados. No hay mejor lugar que mis brazos para
darte cobijo, te lo aseguro. Ni labios que te den tanto placer como los míos;
mi amor es tan grande que solo vive por ti… ¡Entrégate!
ANDREA FURIUR