Estuve revisando mis escritos en un diario que tengo por internet, que no comparto mucho y me encontré con este escrito que hice para mi sobrina que tenia pocos meses de nacida y que llegó en el momento preciso, justo cuando pasaba por una etapa de soledad y vacío que estaba oscureciendo mis días. Hoy mi sobrina tiene más de 2 años y en tres meses cumple 3 añitos... Quiero compartir aquel escrito en éste, mi blog principal.
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“La magia de Karlita”
Me tapo el rostro con las manos y me acerco a ella, que está tan ansiosa de saber qué pasará. Al destaparme el rostro con mis manos, ella se emociona y me deslumbra con su magia: su sonrisa. Sus ojos tienen una luz increíble, que alumbra cualquier penumbra, que cura cualquier dolor; su luz es tan fuerte, que logró desaparecer mi tristeza y mi abandono de hace algunos meses. Nunca imaginé sentir este sentimiento tan fuerte dentro de mí, ese sentimiento llamado AMOR, sentimiento que todos llevamos dentro pero que muy pocos conocemos y que deberíamos hacerlo, porque en serio, el amor cura todas las penas.
Desde que nació Karlita (mi sobrina), en casa todos estábamos “embobados” por decirlo de alguna manera, queríamos estar cerca de ella todo el tiempo y todos nos peleábamos por cargarla o bañarla, era muy chistoso vernos en esos papeles porque nosotros somos muy poco expresivos en casa, pero tuvo que llegar Karlita para hacer salir a flote nuestros más hermosos sentimientos.
Mi sobrina ya tiene 7 meses y durante todo ese tiempo he sentido cosas maravillosas dentro de mi, sentimientos hermosos que han logrado cambiarme la vida, es un sentimiento maternal o como yo suelo llamarlo es “la magia de Karlita”.
Amo estar a su lado y hacerla dormir en mis brazos. Me encanta cambiarle los pañales, ponerle ropa limpia, sentir su olor de bebé en toda mi habitación. Llevo en mi celular muchas fotos suyas, las cuales capturo con la idea de guardar todos los instantes de su infancia y también lo hago porque me gusta verla cuando estoy lejos de casa o si me siento triste con sólo ver su sonrisa, mi panorama cambia por arte de magia.
Esta pequeñita me inspira día a día a seguir adelante con mi vida, me encanta sentir que tengo un ser como ella en mi vida. Un ser que no lleva consigo ni egoísmos, ni resentimientos, ni dudas, ni malas vibras, sino que al contrario de todo eso, es un ser tan puro que quisiera a veces que se quedase con 7 meses.
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