viernes, 4 de diciembre de 2009

ELYO (4129-2038)


Todos se preguntan qué es lo que lo tiene tan enfermo. Ya no quiere comer, ya no siente emociones, anda muy triste y desolado. Mira con tristeza sus dias y se pone a llorar cuando recuerda...
Su lucha diaria es intentar fingir una sonrisa que satisfaga a los demás, callar ese dolor que tanta bulla le hace por dentro, susurrar sus lamentos. Nadie puede imaginarse cuánto dolor lleva por dentro, nadie lo sospecharia siquiera jamás...
Todos lo ven delgado, siempre cansado, con dolores de espalda, sin fuerzas para caminar, estresado segun él por el trabajo, pero que más da, todos le creen...
Si tan sólo pudiera hacer lo que él desea tal vez sonreiría un poco a la vida. Siente tanta melancolia de sus mejores momentos, quisiera mucho volver a vivirlos, aferrarse a todos ellos y no soltarlos nunca, grabarlos, escribirlos tal vez, etiquetarlos como hacen algunos con las cosas importantes, no dejarlo para después como lo hacia antes, él quisiera esa oportunidad de volver a tener esos momentos que lo hicieron tan feliz y sentirse feliz a la vez...
Todos ignoran cuanto desea su muerte, piensan que su vida es fácil, que es un hombre feliz, que tiene todo para sentirse bien y no saben que su bien no está aquí, que el desearía marcharse junto a ella, abrazarla y decirle su pena, consolarse en sus brazos, sentir menos el peso, pero como su enfermedad es tan difícil de curar, su felicidad lo es aún más de hallar...
Me confesó un día a oscuras en su cuarto, llorando muy desgraciadamente que ya no deseaba vivir, que habia perdido el interés para seguir viviendo, que su vida estaba vacia, que pensaba sólo en dormir porque asi se le pasaban los dias más rapido y ya no sufria pensando en nada, ni en ella, sobre todo en ella...
Me dijo también que sufria mucho por sus hermanos, por su madre, que no queria abandonarlos, que se sentia un cobarde, que no queria lastimarlos más de lo que ya los habia hecho sufrir desde muy joven, porque él siempre fue muy debil y se enfermaba casi siempre, tenia muchos problemas de salud y su humilde familia siempre le dió mil atenciones a pesar de todo y que por eso se sentia con ganas de retribuirles en algo algún día...
Yo no podia verlo llorar más, pues en ese momento me sentí igual de miserable que él, encontraba mi vida igual de vacia, me sentia sola, triste, con ganas de morirme y asi estar al lado de esa persona que sintiendo tantas cosas buenas por otros deseaba morirse porque no hallaba su paz interior, y porque veia el mundo tan complicado y sus soluciones no estaban a la mano; fue entonces que me quise ir con él, acompañarlo en esa muerte que de alguna manera sería su nueva vida, su salvación...

Yo me siento la única persona capaz de entenderlo, capaz de ayudarlo y por eso me quedaré a su lado, aún en la muerte...

ANDREA FURIUR

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