Llevo un conflicto interno, mis sentimientos se están dando duros golpes entre ellos, mi cuerpo resiste porque vive de una tal vez tonta esperanza; ya no sé quien soy algunas veces, sigo sintiéndome perdida y hastiada de tantas cosas que odio. Necesito de un abrazo pero huyo de los que me quieren, me resisto a entregar el corazón, me he vuelto: insensible, fría, solitaria y aburrida; me lastimo cada día pensando que soy un tonta.
Llevo esta carga en mis hombros y siento que cada día debería tener menos horas porque solo por las noches me siento mejor, cuando se termina todo, cuando no hay más que el cálido silencio de la madrugada. Mis sueños siguen allí, escritos en un cuaderno debajo de mi cama, escondidos como yo; siento que a nadie le interesa oírme, me lastima el no poder hacer lo que quiero, me siento un estorbo, me aburre algunas veces vivir mi vida.
Estoy cargada de cosas negativas que aparentan felicidad; no son ciertas todas esas frases motivadoras que cuelgo en mis redes algunas veces, no son ciertas porque me ayudan a creerme cuentos, y la realidad es distinta. Nadie está aquí para verlo. Me encuentro sola con mis problemas porque odio decir lo que siento. La rabia me está consumiendo día a día y me siento mal, estoy harta de todo, quiero reventar y desaparecer.
ANDREA FURIUR
