.jpg)
A veces, cuando todo es
indiferente, cuando ya no te sientes el
mismo y pierdes el rumbo, es cuando debes parar, quedarte quieto unos instantes
y preguntarte si todo lo que has venido haciendo hasta el momento ha sido
retributivo, si ha valido la pena. Muchas veces he oído que si uno hace lo
mismo todo el tiempo jamás obtendrá nada nuevo, que si uno quiere cambios,
debe empezar por cambiar lo que ha venido haciendo hasta el momento, debe
arriesgarse al cambio, a esa aventura de hacer lo distinto por algo nuevo.
Las personas viven con miedos y
ese es su problema, el no atreverse a cambiar. Yo vivía con miedos por ejemplo,
desde niña siempre tuve miedo a todo, era tímida y eso no me ayudó en nada,
recién ahora puedo entender que perdí mucho tiempo ocultándome de la gente,
callándome para no molestar. Sé que es normal tener un poco de miedo de vez en
cuando, sobre todo cuando se nos presentan oportunidades nuevas y el desconocer
eso, nos atemoriza, pero haz que ese miedo sea momentáneo, que no se prolongue
evitándote que lo elimines, no dejes que el miedo a lo desconocido sea más
fuerte que tus ganas de salir adelante o de conseguir lo que quieres. La vida
está hecha de retos constantes, siempre desde que amanece hasta que anochece
estamos inmersos en un mundo de retos, desde los más sencillos hasta los más
complejos, pero hay que aprender a no dejarse vencer por esos temores, Dios no
te pone pruebas en vano, sino para hacerte más fuerte, abre los ojos, busca la
luz y no pierdas la esperanza, que eso es lo único que NO debes perder.
Cree en ti, en tus
potencialidades, en que eres hijo de Dios y que tienes una misión importante en
la tierra: ser feliz y hacer felices a los demás. No pierdas la esperanza,
siempre hay una luz al final de cualquier camino, siempre hay una salida,
siempre hay soluciones a los problemas, nunca te des por vencido, intentalo mil
veces si no pudiste a la primera o la
segunda o a la tercera, siempre hay oportunidades para las personas que desean cambiar, siempre hay algo para ti, no
lo olvides, sé feliz.
ANDREA FURIUR